domingo, 20 de enero de 2019

EL DRAMA DE LOS ORANGUTANES DE BORNEO Y LA AVARICIA HUMANA




Más de 150.000 orangutanes han perdido la vida por culpa de la acción del hombre en las selvas de Borneo y Sumatra. Miles de ellos han sido deliberadamente asesinados, aunque la mayoría han desaparecido como consecuencia de los desplazamientos que se ven obligados a hacer tras la destrucción de sus hábitats.

La situación es terrible. Por favor, no sigas participando de esta barbarie. Aportar tu granito de arena es muy sencillo y apenas requerirá esfuerzo por tu parte.

Basta con no consumir productos que lleven aceite de palma. Haz boicot a todas esas marcas que demuestran su desprecio hacia los ecosistemas más valiosos de nuestro planeta. Las vidas de miles de animales y cientos de especies (no solamente orangutanes, también tigres, elefantes, rinocerontes, osos, panteras y gibones, entre otros) se encuentran amenazadas por culpa de un mercado cruel e inhumano.

No compres - Participa en las iniciativas contra su mercado - Colabora con ONG's - Difunde - Posiciónate - Di Stop al Aceite de Palma

Pincha aquí para conocer un poco mejor lo que sucede


                                    

PAN DE LECHE BIMBO




Recuerdo mis cumpleaños de cuando niña, con las bandejas hasta arriba de aperitivos y medias noches surtidas: lomo o chorizo, jamón cocido, patés variados, queso de untar, nocilla... No creía que hubiera nada más delicioso que aquellos bollitos tiernos con su superficie ligeramente tostada.

Pero después conocería los panecillos de leche y los minibocadillos alcanzarían una nueva dimensión, probé el maravilloso contraste del dulce/salado y la felicidad fue máxima.

Así que no puedo evitar entristecerme por la pérdida de estos panecillos de mis compras habituales.

Hace tiempo que les dije adiós y actualmente forman parte de mi particular y definitiva lista de productos vetados.

Durante meses ignoré todos los productos de las estanterías de bollería industrial del súper porque la zona apestaba a aceite de palma. Adopté la costumbre de pasar a diario por la pastelería y comprar allí cañas de crema o bollería artesana para desayunar. Y sí, también hacen medias noches y panecillos de leche en algunas pastelerías, y las hacen sin emplear aceite de palma.

De la oferta que tenemos en los súper apenas se libra nada: croissants, donuts, galletas... Es una plaga.

Aunque recientemente descubrí que algunas marcas empiezan a prescindir de la grasa de palma en sus productos. El aceite de colza es la alternativa más económica (también la de peor calidad), aunque con mala prensa a consecuencia de las graves intoxicaciones de los ochenta.

La gran sorpresa me la llevé hace pocas semanas cuando me fijé en que la marca Brioche Pasquier Recondo anuncia a bombo y platillo sus panecillos de leche "sin palma" y "con girasol". Allá que fui a comprarlos y, mirad, sinceramente: no solamente están deliciosos, sino que encima cuestan poco más que los de otras marcas como Bimbo. De verdad que por apenas unos céntimos no merece la pena colaborar con el mercado del aceite de palma.


Como contrapartida, destacar que estos bollitos vienen envasados en una cantidad absurda y excesiva de plástico, lo cual no es el tema de este blog pero os aseguro que tampoco me hace ninguna gracia.


PASTA ORIENTAL SABOR POLLO MAGGI



De más de un apuro y de dos me han sacado los fideos orientales de la fotografía. Como se preparan en un abrir y cerrar de ojos, durante años los he tenido de manera invariable en la despensa de casa y así podía prepararme rápidamente algo cuando andaba con prisa o al llegar por la noche, después de salir de copas, con el hambre desatada.

La verdad es que no tenían nada que los hiciera especiales, era como poner a cocer pasta con una pastilla de Avecrem. Solo que mucho más rápido, porque son como espaguetis rizados cuatro veces más finos. Además tampoco tenías que preocuparte de calcular la cantidad, el cálculo es sencillo porque cada bolsita trae la cantidad justa para una persona.

Conocí los fideos orientales por una amiga que, cuando nos invitaba a comer a su piso de estudiantes, nos preparaba casi siempre un plato que ella llamaba cuenco chino. Esta receta llevaba pechuga de pollo en tiras y algunas verduritas sofritas, un toque de salsa de soja y, la verdad, no recuerdo que más le echaba. Pero le quedaba riquísimo.

Me aficioné a preparar yo también el cuenco chino, pero no me quedaba igual que a ella. Así que fui reservando el uso de estos fideos para las situaciones de emergencia descritas al inicio del post. Hasta que en medio de la fiebre antipalma dejé de comprarlos y hoy están en el absoluto olvido.

Otros productos similares, aunque yo nunca los compré al menos que recuerde, son la versión con sabor a gamba de estos mismos fideos y los Yakisoba, que igualmente traen aceite de palma. Vamos, que en Maggi están abonados.

TORTILLAS DE TRIGO EL JORONGO





Pues así di fin a mi relación con las fajitas mexicanas en tortillas de trigo. Fue una de las renuncias que más me costó hacer porque estas tortillas estaban muy ricas, tenían un tamaño perfecto (más pequeñas que otras, por ejemplo las de Old El Paso), más tiernas y encima a un precio súper interesante.

La verdad es que se habían convertido en un pequeño vicio y las preparaba también templadas para desayunar, con jamón cocido o con queso. Aunque lo habitual era prepararlas para comer o cenar como fajitas o tacos con tiras de pollo, pimiento y queso fundido.

De momento, no encontré alternativa para ellas porque o bien las alternativas traen a su vez aceite de palma (ya las iré incluyendo en el blog), o bien no me gustan tanto como estas. Así que en casa no he vuelto a preparar fajitas y solo las como cuando voy a un mexicano, lo que sucede, como se suele decir, de higos a brevas.